Esto es lo que pasa cuando se deja al cerebro a su alegre albedrío. Que piensa cosas en milésimas de segundo. Algo que se piense tan rápido, es imposible que sea razonable. Hasta ahora se quedaba ahí dentro, en mi cabeza. A partir de ahora, empezaré a soltarlas según vengan.
Serán los "Melonazos", o golpes de mi melón.
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