viernes, 28 de octubre de 2011

¿Repetimos?

Desde mediados de los 90, deportistas famosos anunciaron las Natillas Danone, hoy en día conocidas con el ridículo nombre de Danet. Ridículo para los nacidos antes de 1982, coetáneos de Naranjito.

Los deportistas que aparecían en los anuncios, desde Caminero a Ronaldinho, pasando por Figo o Casillas, parecían verse afectados por una maldición que provocaba que su carrera deportiva entrase en declive. Caminero salió del Atlético, Ronaldinho cambió el Sol por las estrellas nocturnas, Figo tuvo que exiliarse en Italia y a Casillas los Reyes Magos le trajeron Carbonero.




Pero las "malditas" natillas son el mejor ejemplo posible para sacar a la luz una discriminación largamente silenciada, y que hemos sufrido en carne propia los llamados "Hermanos Medianos". Que viene a ser el hermano que, ni es el primogénito, ni es el benjamín de la triada.


En adelante me referiré a los "Hermanos Medianos" como H&M, para abreviar. Me suena a algo, pero a estas horas de la noche no consigo recordar a qué.
No lo confundáis con H&S (Hijo Segundón), porque esa sí que me la sé. H&S es una marca de Lacasitos de colores. Además, bastante tenemos con la discriminación que sufrimos, como para encima cargar con ese acrónimo.

Pues bien. Esta discriminación que no habéis sufrido ni los mayores, ni los pitufos de las parejas de hermanos o tríos fraternales, es sencilla. Se puede resumir en la siguiente frase: "A mí me daban dos". Como los Donuts.

En los tiempos en los que era un chavalillo, las natillas se vendían únicamente en packs de dos unidades. Cuando mis padres las compraban, y sólo había nacido mi hermano mayor, él se zampaba las dos natillas. Y así 23 meses, hasta que yo llegué a este mundo.

Pero, claro. Había que repartir. No se compraban cuatro, para que tocásemos a dos per cápita. No se hacía porque eran caras. Así que la cuota era la misma para los dos hermanos. Una natilla para cada uno, y contentos.

En estas estábamos, cuando por arte y obra divina (los padres no follan, todos lo sabemos), llegó el palomo trinitario de mi hermano pequeño. Y como no era plan de compartir natillas, mis padres tomaron la determinación de hacer el esfuerzo de comprar dos packs, ergo cuatro natillas para los tres hermanos.

Y, ¿cuál fue el reparto? Hermano mayor una natilla; H&M una natilla; Benjamín, DOS natillas. Aquí tenemos el nacimiento de la discriminación del H&M. El mayor y el pequeño, en algún momento de su vida disfrutaron de dos natillas. ¿¿¿¿Dónde se perdieron las dos natillas del H&M????

Quizás eso explique mi afinidad por las manzanas. O las peras, que son más dulces.


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